Su fundación en Las Cuevas de Cañart se debe a D. Domingo Bellido, comisario del Santo Oficio. El 6 de mayo de 1678, llegaron las primeras religiosas y se suprimió en 1981, pasando las monjas a Borja. Hoy en día, es un edificio privado, perteneciente a la familia A. Soler.


Convento de las Monjas Franciscanas


Historia del Convento de las Franciscanas

Fachada del Convento

El edificio, de construcción barroca del siglo XVII, de mampostería, presenta gran interés volumétrico, integrado en el conjunto urbano, y participa fuertemente en la imagen de Las Cuevas de Cañart. Cabe destacar el cuerpo claustral, a tres alturas de tapial crostado y base de mampostería. A cada extremo, posee un torreón prismático, con palomar en su cuerpo superior.

La puerta de acceso al recinito conventual, es de medio punto, con hornacina y óculos laterales. La iglesia es del siglo XVII y posee un ábside rectangular, con una nave cubierta por bóveda de medio cañón con lunetas. Es de dos tramos más crucero, el cual posee en sus brazos dos pequeñas cúpulas linternas. La portada está decorada con estípitos de cuerpo medio, monstruosamente grande, de gran interés arquitectónico.

La Orden fué fundada por Beatriz de Silva. Nacida en Ceuta (1424), de padres portugueses, sirvió como dama de honor en la corte portuguesa. Posteriormente, se instaló en Toledo, donde fundó la Orden (1489) en el palacio Galiano, muriendo poco después en 1490.


Siguiendo la tradición franciscana, de grandes defensores del Dogma de la Inmaculada, creó esta orden de clausura, dedicada a la Concepción de la Virgen María, con hábito azul, túnica y escapulario blanco, con una imagen de la concepción bordada en el hombro derecho. En el cuello llevaban un rosario de granos negros y un cordón con una medalla de bronce mostrando en una de las caras la Concepción y en la otra a San Francisco con sus llagas. En los pies llevaban unas alpargatas.

Contaba con una portería que daba a un patio donde se distribuían las estancias y también en el patio estaba el acceso a la iglesia del convento. Las celdas y otras dependencias se distribuían en dos volúmenes, uno de ellos compuesto de cuatro pisos flanqueado por dos torreones que se usaron de palomar.

En la iglesia encontramos dos capillas dedicadas a San Francisco Javier y a Santa Catalina. A los pies, encontramos en lo alto el coro y a la izquierda un balcón donde se presupone que estaría ubicado el órgano. El presbiterio está separado de la nave por tres gradas, el altar mayor es de dos cuerpos y pilastra y al lado derecho existe un pequeño cuarto que servía como confesionario.

Capilla del Convento


Galería de Imágenes del Convento de las Franciscanas